jueves, 17 de noviembre de 2011

La vida Correcta - Verónica Milesi

Soren Kierkegaard, filósofo del 1800 puede ser visto como un visionario o mejor dicho como un muy buen autor para la década actual. Soren en su libro “Enter- Eller”, habló de la “Vida Ética” y la “Vida Amoral”, describiendo a esta como una vida de locura, libertinaje, desapego… a ella la personificaba mediante Don Juan, un joven que no se comprometía  con nada ni nadie, que siempre buscaba lo nuevo porque era sinónimo de aventura.
Soren describía a la Vida Amoral como inapropiada, y la Ética como la correcta; sin embargo destacaba la posibilidad de pasar de la vida Amoral a la Ética; lo señalaba mas bien como una evolución, un camino de crecimiento donde uno pasa de la “fiesta loca” a “centar cabeza”.
Cuando hablo de que Soren Kierkegaard es un gran autor para la actualidad me refierto justamente a esto; creo que cada vez más se vive en una fase amoral, estos eternos “jóvenes”, esta cuestioón de que cada vez la adolescencia dura más, hace que la madurez llegue cada vez más tarde, por eso hoy en día la gente de 25 – 30 años llega a considerarse “chico – Jóven – adolescente”.
La gente tiene 33 años y sigue yendo a bailar, sale a chamullar, cambia de trabajo…como de par de medias, en vez de empezar a cumplir o al menos proyectar algo mas serio: vivir solos, comprometerse, tener hijos, madurar…
Creo que hay cosas que están al revés, que deberían cambiar; asi como Soren creía impropia la vida amoral pero de todos modos aceptaba necesaria un poco de ambas vidas en las personas y que produjeran el paso de una a otra; es que yo pienso que las palabras de Kierkegaard deberían comenzar a popularizarse y aceleararse el traspaso de ambos mundos.

“Lo interesante está en poder ir más allá del Comienzo”
                                - Soren Kierkegaard –

                                                  Verónica Milesi

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martes, 15 de noviembre de 2011

Soren Kierkegaard





Fue filósofo y teólogo del siglo XIX. Se le considera el padre del Existencialismo, por hacer filosofía del Sufrimiento y la «Angustia», Gran parte de su obra trata de cuestiones religiosas: la naturaleza de la fe, la institución de la Iglesia cristiana, la ética cristiana y las emociones y sentimientos que experimentan los individuos al enfrentarse a las elecciones que plantea la vida. En una primera etapa escribió bajo varios seudónimos con los que presentaba los puntos de vista de estos mediante un complejo diálogo.
Ha sido catalogado como existencialista, neoortodoxo, posmodernista, humanista e individualista, entre otras cosas. Sobrepasando los límites de la filosofía, la teología, la psicología y la literatura, Kierkegaard está considerado una importante e influyente figura del pensamiento contemporáneo. 


- Regine Olsen, el amor de su vida y musa de sus escritos. -

Otro importante aspecto de la vida de Kierkegaard (quizá el que mayor influencia ejerció en su obra) fue la ruptura de su compromiso con Regine Olsen. Kierkegaard conoció a Regine y se sintió inmediatamente atraído por ella, igual que ella por él. En sus Diarios Kierkegaard escribió acerca de su amor por Regine:

Vos soberana de mi corazón guardada cual tesoro en lo más profundo de mi pecho, en la completitud de mi pensamiento, allí... ¡desconocida divinidad! Oh, puedo realmente creer los relatos del poeta, que cuando uno ve por primera vez el objeto de su amor, imagina que lo ha visto hace mucho tiempo, que todo amor, como todo conocimiento, es reminiscencia, que el amor también tiene sus profecías en el individuo. ... creo que habría de poseer la belleza de todas las chicas para poder dibujar una belleza igual a la tuya; que habría de navegar alrededor del mundo entero para poder encontrar el lugar que me falta y hacia el que apunta el más profundo misterio de mi completo ser, y al momento siguiente estás tan cerca de mí, llenando mi espíritu tan poderosamente que me glorifico y siento que es bueno estar aquí.

El 8 de septiembre de 1840 Kierkegaard se declaró formalmente a Regine. Sin embargo, pronto se sintió desilusionado y receloso con respecto al matrimonio. Menos de un año después de haber propuesto el enlace, lo rompió. En sus Diarios Kierkegaard menciona la creencia de que su "melancolía" le hace inválido para el matrimonio, pero el motivo concreto de su ruptura sigue sin estar claro. En general se cree que los dos estaban profundamente enamorados, quizás incluso después de que ella se casara con Johan Frederik Schlegel, un prominente funcionario. En general su contacto se limitó a encuentros casuales en las calles de Copenhague. Sin embargo, algunos años después Kierkegaard llegó a pedir al marido de Regine permiso para hablar con ella, pero Schlegel se lo negó. Regine, que lo amó mucho, quedó resentida con él para siempre por la incomprensible ruptura.
Poco después la pareja abandonó el país, tras haberse producido el nombramiento de Schlegel como gobernador de las Indias Occidentales Danesas. Para cuando Regine volvió, Kierkegaard había muerto. Regine Schlegel vivió hasta 1904 y tras su muerte fue enterrada cerca de Kierkegaard en el Assitens Cemetery de Copenhague.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La Locura y El Talento - FINAL Florencia A. Mariño

La lectura de Soren Kierkegaard: la locura y el talento me ha llevado a reflexionar sobre la ética, las diferentes formas de vida y de muerte en vida, las elecciones que todos debemos realizar, los distintos caminos y las relaciones que dicho texto tiene en la actualidad en cuanto a mi carrera: Cs. de la Comunicación.
Para desilusión de la profesora lo que menos he podido desarrollar son conclusiones, sino más bien comparaciones y una lluvia de interrogantes que quién sabe alguna vez alguien pueda responder.
Quizá de eso mismo se trate la ética, de descubrir, de no saber pero sí sentir lo que debemos hacer o como actuar. Si buscamos la palabra ética en el diccionario nos dice:
·         Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.
·         Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana.
Soren se preguntaría, “¿y cuáles son las obligaciones del hombre, acaso no somos libres? ¿no regimos nosotros nuestra propia conducta?”
Para los que no conocen la historia de Soren voy a ir contándola brevemente mientras buscamos coincidencias e interrogantes con la actualidad.
El 20 de febrero de 1843 una obra apareció en Copenhague titulada Enten Eller que en danés quiere decir  O lo uno o lo otro, pero nadie podía encontrar al autor de ese escandaloso libro que tuvo éxito y comenzó a estar en boca de todos: los estudiantes lo discutían con sus profesores, los pastores protestantes lo denostaban desde el púlpito y los diarios le dedicaban comentarios cargados de críticas pero no podían ocultar su admiración.
Tiempo después, se descubrió que el autor había sido Soren Kierkegaard, nadie en Copenhague lo podía creer ya que Soren era un hombre frívolo e impertinente que acababa de protagonizar un escándalo con la hija de un funcionario, que malgastaba la fortuna de su difunto padre en el teatro y en los restaurantes, feo físicamente, bajo de estatura, piernas esqueléticas, sufría de todo tipo de fobias. Lo único que lo salvaba era su mente extremadamente rápida y su facilidad de palabra.
Y este hombre se atrevía a hablar de la moral, de la ética, de la forma en que uno puede elegir vivir la vida, afirmaba que no estamos obligados a vivir de acuerdo a los dictados morales.

Esta primera situación me recuerda mucho a la actualidad en cuanto a los medios de comunicación ya que al parecer está “de moda” expresarse a favor de determinadas ideologías cuando en la práctica se manifiestan otras. Tal es el caso del Grupo Clarín quién durante la época de la dictadura militar adquirió papel prensa a través del gobierno de facto con el cual empezó a fijar precio y cantidad de papel para vender al resto de los medios de comunicación. Paradójicamente en la actualidad se proclama defensora de la libertad de expresión y la democracia.
Retomando la historia, Kierkegaard quería enfrentar a sus lectores a una oposición entre dos caminos divergentes, de los cuales solamente uno conducía a la moralidad.
El personaje que creó Soren para describir la vida que se aparta de la moral se llama Juan el Seductor. Es un mujeriego que sale a la caza de jovencitas y las incita a vivir aventuras perfectas, su lema es vivir estéticamente. Este personaje se mantiene en un eterno presente, no se preocupa por el tiempo, se sumerge en el ahora. Desconoce la responsabilidad y el compromiso. Busca permanentemente lo nuevo y cuando lo tiene en sus manos pierde novedad, pasa rápidamente a otra cosa.
La vida de Juan el Seductor trae a mi memoria dos realidades de los medios de comunicación hoy en día.
En primer lugar, cuando habla de lo presente, de no asumir responsabilidades ni tener compromisos, viene la asociación con dos programas televisivos actuales: Show Match y Gran Hermano. Por un lado Show Match no es responsable de su contenido ni de los efectos de esos contenidos que son en general un vacío cultural, desvalorización de la mujer, pérdida de valores éticos y morales, incitación a la pelea constante, pérdida de las relaciones humanas. Además, es insólito como juegan con los sueños, deseos y esperanzas de miles de niños, ancianos, enfermos, que esperan de ayuda realizando un programa que nada tiene que ver con la solidaridad, el ayudar al otro. Por otra parte, utiliza la presencia y la participación de personas discapacitadas con la excusa o justificación de que van contra la discriminación cuando hacen todo lo contrario haciendo de ellas un show para el espectador. También podemos mencionar el programa Gran Hermano donde los participantes piensan sólo en el ahora, se mantienen en un eterno presente, no se preocupan por el tiempo y no transmiten valores éticos ni son un buen ejemplo para el resto de los jóvenes del país.
En cuanto a la otra característica que posee el personaje Juan el Seductor que se trata de buscar siempre lo nuevo y cuando se lo tiene en sus manos pierde novedad, es semejante al ciclo de vida de las noticias en los medios de comunicación. Hoy en día las noticias toman un carácter volátil, un día aparecen hace furor como mucho una semana y luego se evaporan como si nunca hubiera pasado nada. En su reemplazo llega otra noticia que pasa por el mismo proceso. En este caso debemos, como comunicadores sociales, publicistas y periodistas procurar que las noticias importantes transciendan  con un mensaje importante, ético a la sociedad, es decir, procurar reflexionar sobre los hechos, proponer soluciones y que los errores no se repitan y los aciertos se prolongen.
Una de las tantas historias de Juan que Soren relata trata la relación entre el personaje y Cordelia, una mujer hermosa. Juan la considera una joya en bruto y se asigna el papel asimismo de convertirla en diamante. El relato termina con la única noche de amor que viven los protagonistas y cuando la chica duerme, Juan monta a caballo y desaparece.
La relación que establezco entre Juan que lleva a la gloria a la muchacha y luego desaparece  con los medios de comunicación es la creación de personajes que se meten en nuestras vidas, roban nuestro tiempo, nuestro interés y luego se esfuman y nada más se sabe de ellos. Como por ejemplo Ricardo Fort, de un día para el otro todo el mundo lo admira, cada día en los noticieros aparecía su imagen, nos ocupábamos debatiendo sobre sus amores, su fortuna, sus acciones y luego, misteriosamente aparece otro personaje que ocupa ese lugar y ya nada nos enteramos de Ricardo Fort. Hemos perdido tiempo discutiendo, hablando y deliberando sobre ese personaje que nos han metido en nuestras vidas y no hay transcendido con un verdadero mensaje.
Por otra parte el cómo maneja Juan y cómo juega con la muchacha se puede relacionar con el tratamiento que los medios periodísticos hacen de las noticias. A pesar de que muchas son noticias delicadas, como muertes, secuestros, etc. los medios no lo tienen en cuenta y cubren las noticias en base a sus intereses, acomodan los hechos según el raiting y distorsionan el discurso. Esto a la vez va en contra de los códigos de ética profesional.

La vida de Juan el Seductor, perfectamente amoral y centrada en el disfrute del instante, era una de las respuestas posibles a la pregunta principal de Enten – Eller acerca de cómo vale la pena encarar la existencia.
La otra respuesta consiste en lo que Soren llama “la vida ética” representada en su libro por un personaje llamado Wilhelm, un juez. Vivir éticamente significa para Soren vivir con el propósito de construir una vida moralmente buena. El hombre que vive éticamente mira su vida como una unidad y se preocupa de su coherencia.
La frase “moralmente buena” me llevó a pensar que muchas veces, en la actualidad, utilizamos mal el término moral que significa el conjunto de creencias, reglas, comportamientos que determinan si una persona durante su vida logró ser buena o mala. Por lo tanto lo “moral” no acarrea por sí mismo el concepto bueno o malo, sino el tipo de creencias que lo componen. Es decir, si yo digo Pablo es una persona inmoral significa que va contra la moral, pero esa simple frase no puede determinar si la moral a la cual se opone Pablo es buena o mala. Y en cuanto al término “amoral”, éste querría decir que no tiene moral, que no tiene creencias, si una persona se define como amoral significa que no CREE que tiene CREENCIAS por lo tanto, por el contrario y en consecuencia afirma que es MORAL (independientemente de que sea una moral buena o mala). Y mejor no me voy a preguntar qué es bueno y qué es malo porque podríamos estar años discutiéndolo, tomemos la definición más común, la que todos conocemos y la que nadie puede definir.
Para Soren el que vive una vida moralmente buena debe dar buenas explicaciones acerca de lo que ha hecho y tiene que hacer de su vida una historia con sentido.
En este punto estoy en desacuerdo, uno puede evaluar de acuerdo a la situación si debe, quiere o no dar explicaciones. Soren define la vida del moral como un ser PERFECTO y como el ser humano no es perfecto en el afán de serlo lastima a los demás, se prohíbe hacer determinadas cosas que le agradan, y actúa de forma que modela su vida de tal modo que lo único perfecto termina siendo su infelicidad. Una vez escuché que el camino a la felicidad es no ser perfecto.
 La vida de Juan el seductor no es auténtica variedad, afirma Soren, sino la repetición de una misma cosa. Lo interesante es poder ir más allá del comienzo.
Este fragmento del texto Locura y Talento me hace reflexionar sobre el mensaje que los medios de comunicación nos quieren hacer creer cuando nos ficen que hay libertad de expresión y cuando hay variedad en la televisión, medios gráficos, radios, etc. Es una mentira, lo que realmente hacen es el ciclo de Juan el Seductor, la repetición de lo mismo con distinto nombre, imagen.
Kierkegaard pensaba que nadie podía escapar a la alternativa entre lo ético y lo estético y que una vez que hemos hecho nuestra opción podemos justificarla con razones, pero la elección en sí misma es un salto al vacío, una especie de apuesta. La elección es radical porque no se trata de optar entre el bien y el mal, sino de decidir si el bien y el mal van a ser importantes para nosotros.
Con respecto a este asunto, opino que muchas veces nuestro entorno nos lleva a comenzar a actuar de una determinada forma que consideramos correcta, si nos damos cuenta de que otro es el  camino optamos, pero para ese entonces ya definimos que consideramos “bueno” o “malo”. Por otra parte la opción no es plenamente nuestra, las circunstancias de la vida, el entorno social, factores exógenos a nuestro ser pueden obligarnos de determinada manera o presionarnos para actuar de una forma no obstante nosotros quisiéramos actuar de otra. Lo ideal es seguir el consejo de nuestro fiel filósofo Aristóteles con su teoría de la virtud. Aristóteles define la virtud moral como una "disposición voluntaria adquirida (hábito) dirigida por la razón y que consiste en el término medio entre dos vicios". La virtud es un hábito, es decir una disposición que se crea en nosotros para la realización de una tarea o actividad y es consecuencia del ejercicio o repetición: nos hacemos justos practicando la justicia, generosos practicando la generosidad, valientes practicando la valentía. Sin embargo, Aristóteles también afirmará que no toda acción ni toda pasión admite el término medio, pues hay cosas malas en sí mismas: pasiones malas en sí mismas son la malignidad, la desvergüenza y la envidia, y malas acciones en sí mismas el adulterio, el robo y el homicidio. Como ejemplos de virtud cabe señalar el valor (medio entre la temeridad y la cobardía), la templanza (medio entre la intemperancia o libertinaje y la insensibilidad).
Como dijimos anteriormente el libro de Soren recibió muchas críticas por parte de todos los medios de comunicación menos de El Corsario, una revista satírica de orientación liberal que se dedicaba a atacar a los políticos, a la monarquía y a la iglesia luterana. Todo el mundo conocía las opiniones de la revista pero nadie se atrevía a refutarlas, ya que para hacerlo era necesario empezar por reconocer que uno había leído esa indecencia. Esa revista fue la única en aplaudir la publicación de Soren porque le tenía simpatía, sin embargo él tenía hacia ellos el más profundo de los desprecios ya que Kierkegaard era conservador, antiliberal y antidemócrata.
Por ese motivo Kierkegaard publicó un artículo en el que pedía a los redactores de El Corsario que no volvieran a alabarlo, sino más bien que lo atacaran. Los redactores se sintieron humillados y ridiculizados por la reacción de Soren por lo que decidieron hacer exactamente lo que Soren le había pedido: durante largas semanas la revista hizo de él la víctima principal de sus caricaturas y de sus bromas, y no dejó de atacarlo hasta que lo convirtió en el hazmerreír de Conpenhague. La campaña tuvo tanto impacto que los niños le gritaban cosas por la calle y  hasta su sastre no quería trabajar más con él por miedo a perder clientela.
Esta parte de la historia de Soren Kerkegaard de hace reflexionar sobre varios puntos.
En primer lugar, me recuerda a la actualidad por los cambios de opinión en los medios de comunicación de acuerdo a donde sopla el viento, cuando me conviene estoy a favor y mañana si no me conviene más estoy en contra sin seguir una lógica argumentativa coherente. Así, se contradicen constantemente y uno nunca sabe cuál es la verdad. Esto genera desconfianza y contradice los códigos deontológicos de la ética profesional.
En segundo lugar, actualmente también son muy comunes las campañas en contra de una persona porque no se comparte la misma ideología. Lo curioso es que en vez de combatir con argumentos se toman de herramientas cosas insignificantes como los aspectos físicos. Por ejemplo, cuando los medios de comunicación critican los zapatos y las carteras caras de la presidente en vez de sus acciones políticas que pueden ser mucho peores.
Además, también es común la forma despectiva como se tratan entre personajes de los medios de comunicación, insultos entre periodistas, participantes de un programa, etc. Esto conduce nada más y nada menos a incitar a la violencia y a perder el respeto por los demás.
Finalmente, en este minúsculo ejemplo se puede observar como impactan los medios de comunicación ya que generan una reacción sea positiva o negativa en la audiencia (comentamos que los niños reaccionaban cuando veían a Soren en la calle y que su sastre no quería trabajar más con él). En la actualidad, por ejemplo, sucede que los medios no tratan de manera adecuada casos de violencia escolar por decir alguno, y estos toman un efecto de copia en los adolescentes y se repiten. O sin ir más lejos con las publicidades que crean una dependencia psicológica con determinados productos o servicios.
Para Soren no existía la objetividad y la realidad era la subjetividad con lo que estoy absolutamente de acuerdo. Cada cual percibe una realidad distinta de acuerdo a su subjetividad por lo que podríamos afirmar que hay tantas subjetividades como personas hay en el mundo y tantas realidades como subjetividades hay en el mundo.
Kierkegaard fue un hombre terriblemente discutido en vida, pero después de su muerte a los 41 años de edad, fue reconocido como un filósofo de primera línea mientras que sus contemporáneos se debatieron entre admirar sus valores intelectuales o tratarlo como u demente.
¿Por qué será que a los grandes artistas se los reconocen después de muertos?

La Locura y el Talento - FINAL Lucas Pinzone

La locura y el talento de Soven Kierkegard tiene punto de comparación con la actualidad, ya que hoy encontramos talentosos que por medio de las letras expresan su locura, o no.
Al igual que Soren, hay escritores que escriben tras un seudónimo pero tarde o temprano sabemos quiénes son. Hoy en día al vivir en un estado “Democrático” no hace falta usar seudónimos, ya que un estado democrático deja desarrollar la libertad de prensa; aunque últimamente veamos en el país un enfrentamiento entre el gobierno y un medio como el diario Clarín; que pone de manifiesto que la libertad de ideas se vea obstaculizada.
Cada ciudadano desde el lugar que le ha tocado dentro de la sociedad debe luchar como hizo Soren por hacer respetar sus ideas, valorando y respetando por igual las de los otros. No hace falta enmascararse tras un seudónimo para expresar nuestras ideas. Sólo hay que mantener una ética en lo que se expresa.


Haciendo una línea de tiempo desde lo que fue el inicio de la cursada hasta ahora, creo que podemos decir que esta última (por así llamarlo) clase, se asemeja demasiado a la primera ya que podemos decir, que Soren ha muerto, y hasta incluso, según como lo planteemos, vivido por un ideal.
Él luchó demasiado contra la sociedad, cuando ésta se le puso en su contra y lo criticaba, podemos decir que esa sociedad no tuvo una solidaridad social con Soren.
Podemos decir, que el arte que realizaba Soren tenía un bien o fin al cual se aspiraba, pero como ese bien, ese bien supremo es la felicidad, podemos decir que no lo ha alcanzado. Hasta incluso, que esa sociedad no contó con la virtud ética, mejor conocida como justicia.
También, podríamos relacionar a Soren con Antígona, una niña de 15 años que desafía al Rey Creontes, y que muere por un ideal, al igual que Sócrates, que trataba de que las personas pensasen por sí mismas.
Kierkegaard siempre hablo de la toma de decisiones, y creo que quizá sin elegirlo, o si, el vivió de una manera muy particular, siendo discriminado por el pueblo, y luego venerado en su muerte.
Para ir cerrando mi opinión, y abriendo el debate, podemos decir que Soren se relaciona con los demás textos leídos en clase, ya que él creía en la fe, fe que analizamos con San Cayetano. Soren era una persona que vivió de una manera, respetando su ideología, entonces podemos llegar a la conclusión, que de una manera u otra él tenía un código, una regla, un comportamiento. Unos códigos que vimos en los códigos deontológicos de la prensa. Y por más que Soren no haya sido argentino, podemos relacionarlo con los mitos de nuestro país, en los cuales, muchas personas son defenestradas en vida, y veneradas luego de su muerte, como él.
Kierkegaard tenía muchísimo talento, como así locura, y él vivió por su ideal, y murió por el mismo. Pero retomando los textos de la primera clase, sería interesante saber si él hizo como la filosofía, que es el pensamiento que se piensa a si mismo, para saber que pensó él con respecto de sus pensamientos…

jueves, 27 de octubre de 2011

LA LOCURA Y EL TALENTO

Enten Eller, que quiere decir “O lo que uno o lo que otro”, ésta obra apareció en Copenhague en febrero de 1843, su autor Ema Soren Kierkegaard, quien era conocido por los habituales de esta ciudad, joven frívolo, quien había tenido un escándalo con la hija de un funcionario maniático, como que utilizaba un paraguas para protegerse del sol.

Soren era considerado un Dandy, un gran vividor que solo sabia malgastar la fortuna que había heredado de su padre, u gran comerciante de esa popular ciudad. Además este personaje contaba con una fealdad, Soren era bajo, flaco, piernas esqueléticas y desiguales, joroba en la espalda y una gran melena oscura; aunque lo que más se destacaba era su mente rápida, facilidad de palabras.

Este hombre fue quien se atrevió a escribir sobre la estética y la ética, sobre lo uno o lo otro. Y esto causo estupor y discusión entre los habitantes; pero tuvo un freno con el diario el corsa que llevo a cabo una campaña en contra de él y burlándose de sus defectos y todo lo que lleva a una gran depresión y a vivir en sí mismo, analizando su vida y los acontecimientos de la misma, las muertes que rodearon a sus familia, y porqué de tantas desgracias y hasta llego a creer que él era en enviado de Cristo, con un enigma; el sufrimiento que debía padecer como enviado y llegar a una muerte digna.

Posteriormente a su muerte Soren fue considerado un gran escritor y sus obras fueron ejemplo para muchos autores que lo siguieron Kafka, Unamuno, y tantos otros que lo consideraban un filósofo intelectual, solo un demente a quien nunca se lo pudo entender que quiso hacer de su vida, porque había fracasado en el amor, habiendo tenido como amada una de las más bellas mujeres de Copenhague.

Pero podríamos decir que Soren se atrevió a perpetuar en letras la hipocresía de quienes se creyeron o creen moralistas o de quienes piensan que ser estéticos y vividores es lo mejor. El interrogante está planteado para que cada uno saque sus propias conclusiones.

En mi parecer la locura y el talento muchas veces van de la mano, solo hay que saber diferenciarlos o no…